¿Qué significa existir?, a menudo mezclamos los significados de las palabras vida y existencia, las asimilamos como un todo en tanto que nos divertimos pensando que la vida es un fin, producto de anécdotas, tristezas, alegrías, etc. que han conllevado a lo que somos actualmente.
Pero realmente, ¿todas esas variaciones o vivencias garantizan nuestra justificación como individuos?, desde luego que no, es por tal motivo, que la existencia tiende a desarrollar un papel más profundo y que cuyo significado es la trascendencia de nuestras vidas, que de por sí, no tiene valor, salvo el que nosotros, los gobiernos y sus instituciones jurídicas le hemos otorgado. Es por ello que la vida fuera de los romanticismos habituales, representa solo un juicio de valor reivindicado por la especie humana.
Nuestro desenvolvimiento como seres vivos desde nuestro nacimiento siguiendo por la reproducción brindado por el crecimiento hasta culminar en la muerte, como cualquier otro ser vivo, no es más que el desarrollo de la especie sin un fin específico que nos logre proyectar una vida con un propósito humano, de ahí viene la existencia.
Pero no es cualquier propósito, de hecho, no todos en la actualidad contamos con uno; vagamos por el mundo pensando que las metas materiales constituyen un propósito (ej: tener un automóvil, una casa, una familia, etc.); pero son esas, las cuestiones triviales las que nos encadenan a no renunciar hacia fines más humanos que nos llenen de identidad. Son solo ideales materialistas que han sido impuestos por el imperio del consumo. El hecho es que la existencia, es aspirar a algo más de lo que nos tocó vivir.
Existencia significa más que respirar, ser un factor de cambio y no una estadística. Incluso, aquel que haya entendido lo que es realmente la existencia, habrá también comprendido que la vida no es un fin, sino una herramienta que nos ayudará a desarrollar ese papel tan importante que nos hemos fijado.
La existencia nos invita a vivir inmaterialmente alejado del mundo y de lo contemporáneo, nos invita a destruir la historia y a ver nacer entre nuestros dedos, a la antihistoria. Pero la existencia le debe su condición a la determinación de cada mujer u hombre que se comprometa consigo mismo a no ser parte de la masa.
¿Qué te hace pensar que eres distinto?, ¿tu manera de pensar?, ¿tu estética?, ¿tus actitudes?, ó ¿el desapego con el que afirmas que no serás una persona más?, porque la verdadera existencia se proyecta no tanto de la manera como uno vive, sino como uno muere y por lo que muere.
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