Historia del Punk

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ACTIVISMO: LO QUE DEBES SABER.

ACTIVISMO: LO QUE DEBES SABER.
LA CRISIS NOS INVADE
El temor es verdadero cuando los inversionistas mediante cuestionables análisis recomiendan a los mercados subir los precios, abaratar las acciones y derrumbar cualquier intento de organización sindical como mecanismos o protocolos para mantener el orden económico en medio de ésta astuta crisis. Es ahí donde nuestros recursos naturales tienden a rematarse y nuestras tierras sufren el abarrote del más fuerte por las impagables deudas que de antemano fueron compradas por los bancos en lo que llamamos: el período de estimulación enconómica.¿Alguien dijo Crisis?
GRECIA EXPLOTA
Las explosiones en Europa están a la orden del día y al parecer muchos son los animados a comunicar sus ideales mediante estos medios. La Comunidad Europea los ha llamado Anarquistas y ellos mismos se han definido como tal. Aún no se logra esclarecer con certeza la razón del levantamiento, al menos, no la razón central. Sin embargo, es entendible que la organización por realizar tales actividades "al margen de la ley" responden al período de crisis "fabricada" por las transnacionales para poner fin a los sindicatos de ese país y a sus industrias.
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LOS TEMIBLES WIKILEAKS"
Después de mucho tiempo, no se reportó ninguna noticia de tanta trascendencia política como los informes filtrados por Wikileaks. Informes que a la Cía le han dado más de un dolor de cabeza. Pero, ¿será cierto que las verdades más ocultas están citadas en esos informes? ¿será posible encontrar quién asesinó a Jhon F. Kennedy,? ó ¿dónde encontrar las temibles armas de destrucción masiva? ó ¿quién realmente produjo el atentado de las torres gemelas?; desde luego que no, ellos solo muestran lo que nosotros queremos oír.

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NO A LA RELIGION - EL VATICANO


El Vaticano no es un Estado. No tiene ninguno de los atributos ni características clásicas de un Estado: Carece de territorio propio (es parte de Italia), no hay ciudadanos vaticanos (cada cuál tiene pasaporte de alguna otra nación. Hasta el propio papa viaja con pasaporte Italiano), su ejercito es de guardias Suizos, no se le reconoce como nación en el seno de las Naciones Unidas. No pertenece ni al "primer mundo", ni al "segundo" ni al "tercero".

¿Que es entonces? ¡Muy sencillo! Es una empresa transnacional que comercia con intangibles a futuro. Ahora que se viene señalando con índice de fuego el papel tenebroso que juegan las empresas transnacionales en el sostenimiento de gobiernos gorilescos y en el derrocamiento de los regímenes democráticos, es oportuno enfocar la atención sobre esta empresa transnacional que es el Vaticano, que no solamente es la más antigua del mundo, sino la mejor organizada. Al igual que la ITT, la Shell, la United Fruit, la Standard Oil, la Coca-Cola y todas las demás empresas transnacionales, tiene sucursales en muchos países del mundo y una pirámide de funcionarios y empleados, de diferentes nacionalidades, que le juran lealtad exclusiva.

Las transnacionales no tienen patria, únicamente intereses. Puesto que no tienen tampoco "pueblo", están liberadas de cualquiera preocupación democrática o de co-gobierno. Como transnacional, el artículo que viene exportando al mundo durante los últimos dieciocho siglos es, ya lo dijimos, un "intangible a futuros". Esto no es muy raro que digamos. Los bancos, las financieras y las compañías de seguros manejan intangibles. Se llaman así porque no podemos ver, ni palpar, ni usar el bien material que se supone está por el papel que tenemos en la mano. Por ejemplo, un seguro de vida, por el cuál estamos pagando una prima anual ¿Qué es? Una simple promesa de la compañía de seguros de que, cuando muramos, le entregarán a nuestros seres queridos una cierta cantidad de dinero. Esta promesa es valiosa para nosotros y por eso pagamos la prima; pero no podemos tocar en este momento el dinero, ni usarlo, ni palpar los objetos materiales que pueden comprarse con él... el artículo que estamos adquiriendo es una simple promesa... es un "intangible a futuros".

El producto que vende la empresa vaticana se llama SALVACION EN LA OTRA VIDA. Cae dentro el ramo de los seguros de vida, con la modalidad de que no ofrece pagar a los deudos sino directamente al asegurado; pero en la otra vida. El artículo no es nuevo. Fue inventado hace más de 10.000 años; pero la novedad de la patente; la marca comercial, los membretes y símbolos, registrados hace 2,000 años, le dan su fisonomía actual. La venta se hace a plazos semanales, libres de impuestos, empezando desde el primer día que el niño (sin siquiera saberlo) va al centro de propaganda, que es la iglesia de su barrio, y allí deposita una monedita.

Pero éste comercio de intangibles depende fuertemente de factores psicológicos. Por principio de cuentas, el cliente necesita estar convencido de que el artículo existe en realidad, aunque no pueda verlo, ni tocarlo para comprobar objetivamente este aserto. Para esto se necesita fe. Fe en la calidad del artículo, fe en que le será entregado, fe en la solvencia moral de la empresa, fe en su personal. Mientras más irracional, absurdo y raro sea lo que se promete al consumidor, más fe necesita para desear adquirirlo.

En realidad, el mayor peligro para el prestigio del producto y su consumo masivo ya no proviene de otros competidores. Ciertamente, en el pasado, la empresa vaticana sostuvo guerras sangrientas contra otras negociaciones transnacionales que pretendían arrebatarle el mercado; pero es justo reconocer que, a pesar de todo, logro imponerse en Europa y establecer agencias permanentes en América. A la fuerza, desde luego.

La empresa vaticana se ha cuidado de no exagerar sus promesas para no perder credibilidad. Aunque sus artistas publicitarios llenaron las paredes de sus casas comerciales con perspectivas celestes, pobladas de angelitos retozando entre las nubes, ahora la empresa se ha quedado prudentemente callada sobre la localización exacta del paraíso en que ofrece cumplir a sus clientes la promesa de una vida eterna de felicidad. Ya no puede sugerir que esa mansión celeste flota en la estratosfera, ni tampoco la puede situar en otro planeta o sistema solar. Niega que esté dentro de cada uno de nosotros y no se atreve a postular una cuarta o quinta dimensión; por el temor de que algún día las matemáticas lleguen hasta ahí. Simplemente calla, en espera de que los telescopios descubran una barrera infranqueable para entonces decir que el paraíso está detrás de ella y que la única agencia de pasajes, es el Vaticano.

No es fácil, en un mundo que cada día se desatonteja más, vender boletos de primera y turismo hacia un encantador fraccionamiento celestial situado en el "más allá"; sobre todo porque no conviene describirlo con demasiado detalle y correr el peligro de que se descubra el fraude. Por eso, la empresa vaticana deja a cada quien que se imagine su lotecito como quiera, al cabo no puede ir a cerciorarse por sí mismo. Nadie puede alegar que le tomaron el pelo, porque sencillamente esa persona ya estará muerta.

Pero, para que la demanda del producto no disminuya ante el embate erosivo de la razón y de la ciencia, para que siga aumentando la clientela del artículo intangible que se llama SALVACION EN LA OTRA VIDA, los aboneros del más allá tienen que recurrir a las más variadas estrategias. Como todas las transnacionales, el consorcio vaticano tiene metida la mano en muchas partes: en la banca internacional, los bienes raíces, la prensa y, sobre todo en los gobiernos. Lo hace simplemente para proteger sus propios intereses. Es obvio que si la vida en este planeta fuese agradable y feliz, desaparecería el anhelo de alcanzar una vida mejor en un paraíso hipotético.

Para que alguien deseara salvarse, necesita haber algo indeseable de qué salvarse. Mientras haya miseria, habrá quien aspire a la riqueza; mientras haya dolor, habrá quiénes busquen placer; mientras haya opresión y esclavitud, habrá quiénes pidan ser liberados; mientras haya injusticia, habrá quiénes clamen por justicia. Si se alcanzan todas estas cosas aquí en la Tierra, se habrá matado a la gallina de los huevos de oro. ¿Como hacer, pues, para perpetuar la ignorancia, la miseria, la desigualdad, la opresión y todas las demás desgracias de la humanidad sin descubrirse como enemigo de ella, sino simulando ser su salvador? Por todo ello es que funda tres principios, o pretendidas virtudes teologales: FE, ESPERANZA Y CARIDAD.

Son tres poderosas armas, pintadas de blanco y camufladas con tanto arte porque con la FE se anula a la razón y a la inteligencia; con la ESPERANZA se convierte al hombre en esclavo de la casualidad, incapaz de planear, prever y calcular el futuro científicamente y con la CARIDAD se destruye el equilibrio sinérgico y se perpetúa la humillación, la invalidez y la miseria.

Las tácticas de los mercaderes de la inmortalidad son materia de la historia. Hablan de paz y, al mismo tiempo, instigan las guerras, bendicen las armas, distribuyen amuletos entre los contendientes de ambos bandos y se sientan a esperar para ver quien gana y entonar "te déums" en su nombre. Hablan de igualdad y defienden los privilegios de clase en los regímenes aristocráticos de explotación. Hablan de iluminación y apagan las luces del conocimiento. Los mercachifles del santo disimulo inventaron la confesión y la absolución, como medio para invalidar el sentido de responsabilidad social. Donde quiera que van les acompaña la distorsión de los valores naturales, del sentido común, de la ética y de la confianza de los hombres en sí mismos, para substituirlos por escalas de valores sobrenaturales, antinaturales, arbitrarios y ficticios, suficientemente impactantes como para dejar a los individuos sumidos en la confusión y abatidos por un complejo de culpabilidad.

En fin. Eso es el Vaticano y su gran negociación transnacional. Podemos esperar que, si no logran derrotar a la ciencia, diseñarán nuevas tácticas para seguir gozando del monopolio mundial de intangibles sobrenaturales. Ya se ostentan como caudillos de la izquierda santificada y paladines de los pueblos desarrapados del Tercer Mundo; pero no nos equivoquemos: su único propósito es conducir a los tres mundos hacia el otro mundo, mientras ellos, gracias a Dios, se quedan en éste, disfrutando las ganancias de la operación "POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, AMEN".

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