En nuestro contexto solo somos entes materiales que vivimos subyugados a la visión de lo políticamente correcto sin percibir que podríamos alcanzar el ideal de vivir inmaterialmente dentro de nosotros mismos. Ninguna intención tiene el texto de fomentar la violencia, porque violencia es violación y con ello, hago manifiesto que no perseguimos ni a la abominación ni a la tortura; pero, irónicamente vemos que los pilares del mundo actual son justamente eso: guerras, hambre, miseria por obtener recursos que sean apreciables en dinero y en divisas que solo generan más desigualdad.
El intervencionismo del imperio a los estados que no se sometan a él, desde sus zanahorias asistencialistas hasta los tratados que son firmados a puertas cerradas por aquellos que se han repartido el mundo y las esperanzas de los que vivimos en él. ¿Cómo críticar nuestro alimento?, si somos justamente el resultado de nuestros años de indiferencia, no hemos comprendido que la vida deja de ser vida cuando se le impone naturalezas que dinamitan nuestra dignidad.
El origen de la vida o del universo en sí le ha generado a la humanidad muchas incógnitas que no han podido ser respondidas hasta el día de hoy. El fideísmo no establece un conocimiento puesto que no se desprende de la experiencia, como decía Kant. Por lo mismo, tanto la negación como la no negación de dios no desprenden conocimiento alguno puesto que aún nuestro pensamiento no trasciende hasta lograr el entendimiento sobre ese tema. Pero el vacío del hombre por entender su propósito es innevitable como lo mencioné anteriormente, por lo tanto, parte de una necesidad encontrar una solución que muchas veces vinculamos hacia la divinidad para creer que despues del dolor material, es decir: la falta de riqueza, la desigualdad, el hambre, etc. Existe algo que premiará con el consuelo de obtener lo que materialmente se nos ha negado, pero no funciona así, al menos, visto desde la razón pura.
Pero el problema de la religión recae tanto en la organización eclesiástica que se perpetua a través de la sociedad por medio de las escuelas, inyectando el miedo en el individuo; como en las mismas personas que consuetudinariamente, asumen su rol laico como un mandimiento que están prohibidos de cuestionar por el groso calibre de los reproches sociales.
Las religiones son como las grandes empresas espirituales que destinan fondos para la fortificación de sus templos, sus intereses dentro del aparato estatal para poder conseguir cierta influencia que le permitiese ingresar a lista de proveedores de los gobiernos, aquellos que niegan tu libertad.
El paréntesis mercantilista de los hombres de dios casi nunca aparece en los medios, mucho menos en sus sermones. Al igual que las transnacionales, destinan recursos para ampliar sus horizontes y por la misma, tambien tienen competencia ya que existen en el mundo más religiones que niños felices. Es alarmante el descontento que el hombre ha obtenido a causa de eso, y con ello, la inseguridad que lo persigue al no tener una respuesta que pueda certificar y concluir el ideal o el propósito por el que vive.
Obviamente, nos han enseñado a estar arrodillados y sumisos a los discursos de los padres de la iglesia, la violencia intelectual que desprenden aquellos hombres no es sino el uso desmedido del recurso de la mentira sobre la ignorancia de muchos. En conclusión, nuestras mentes seguirán divagando en la obtención de nuevas y cada vez mas alocadas respuestas, es decir, necesitaremos cada vez más fe para perseguir el imposible sueño de la paz y la felicidad, desconociendo que la paz y la felicidad deben obtenerse en la tierra.
Como zombies andaremos en este mundo, magnificándo lo que desconocemos sin arriesgar nuestro criterio para no derrumbar la estructura del miedo que han ejercido los gobiernos, sean mentales o físicos, espirituales o pragmáticos, no habrá necesidad de emprender nuestros sueños, porque cada uno de ellos estarán fuertemente custodiados por los policías de la razón capitalista. El cuestionamiento es un delito, es un peligro, es un arma, es el nacimiento de nuestra libertad.
El intervencionismo del imperio a los estados que no se sometan a él, desde sus zanahorias asistencialistas hasta los tratados que son firmados a puertas cerradas por aquellos que se han repartido el mundo y las esperanzas de los que vivimos en él. ¿Cómo críticar nuestro alimento?, si somos justamente el resultado de nuestros años de indiferencia, no hemos comprendido que la vida deja de ser vida cuando se le impone naturalezas que dinamitan nuestra dignidad.
El origen de la vida o del universo en sí le ha generado a la humanidad muchas incógnitas que no han podido ser respondidas hasta el día de hoy. El fideísmo no establece un conocimiento puesto que no se desprende de la experiencia, como decía Kant. Por lo mismo, tanto la negación como la no negación de dios no desprenden conocimiento alguno puesto que aún nuestro pensamiento no trasciende hasta lograr el entendimiento sobre ese tema. Pero el vacío del hombre por entender su propósito es innevitable como lo mencioné anteriormente, por lo tanto, parte de una necesidad encontrar una solución que muchas veces vinculamos hacia la divinidad para creer que despues del dolor material, es decir: la falta de riqueza, la desigualdad, el hambre, etc. Existe algo que premiará con el consuelo de obtener lo que materialmente se nos ha negado, pero no funciona así, al menos, visto desde la razón pura.
Pero el problema de la religión recae tanto en la organización eclesiástica que se perpetua a través de la sociedad por medio de las escuelas, inyectando el miedo en el individuo; como en las mismas personas que consuetudinariamente, asumen su rol laico como un mandimiento que están prohibidos de cuestionar por el groso calibre de los reproches sociales.
Las religiones son como las grandes empresas espirituales que destinan fondos para la fortificación de sus templos, sus intereses dentro del aparato estatal para poder conseguir cierta influencia que le permitiese ingresar a lista de proveedores de los gobiernos, aquellos que niegan tu libertad.
El paréntesis mercantilista de los hombres de dios casi nunca aparece en los medios, mucho menos en sus sermones. Al igual que las transnacionales, destinan recursos para ampliar sus horizontes y por la misma, tambien tienen competencia ya que existen en el mundo más religiones que niños felices. Es alarmante el descontento que el hombre ha obtenido a causa de eso, y con ello, la inseguridad que lo persigue al no tener una respuesta que pueda certificar y concluir el ideal o el propósito por el que vive.
Obviamente, nos han enseñado a estar arrodillados y sumisos a los discursos de los padres de la iglesia, la violencia intelectual que desprenden aquellos hombres no es sino el uso desmedido del recurso de la mentira sobre la ignorancia de muchos. En conclusión, nuestras mentes seguirán divagando en la obtención de nuevas y cada vez mas alocadas respuestas, es decir, necesitaremos cada vez más fe para perseguir el imposible sueño de la paz y la felicidad, desconociendo que la paz y la felicidad deben obtenerse en la tierra.
Como zombies andaremos en este mundo, magnificándo lo que desconocemos sin arriesgar nuestro criterio para no derrumbar la estructura del miedo que han ejercido los gobiernos, sean mentales o físicos, espirituales o pragmáticos, no habrá necesidad de emprender nuestros sueños, porque cada uno de ellos estarán fuertemente custodiados por los policías de la razón capitalista. El cuestionamiento es un delito, es un peligro, es un arma, es el nacimiento de nuestra libertad.
1 comentario:
Interesante artículo nene, visita mi blog: www.larazonylalocura.blogspot.com
cuídate
Publicar un comentario